Cómo saber tu tipo de piel

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A todos nos gusta cuidarnos y lucir resplandecientes. Sin embargo, no todo el mundo puede seguir las mismas estrategias o rutinas de cuidados.

Aunque el cuidado corporal y las cremas para el cuerpo son muy importantes, tener un rostro firme y deslumbrante entra dentro de nuestras principales prioridades.

Cada persona tiene un tipo de piel y, por lo tanto, las maneras de cuidarla tienen que adaptarse muy bien a las necesidades de cada uno.

Dentro de los cientos de productos de parafarmacia que existen, tendrás que elegir las cremas para la cara más adecuadas a ti y a tu tipo de piel.

Averigua dentro de qué categoría se encuentra tu piel e identifica qué productos son los que debes utilizar.

Tipos de piel

Muchas veces no le damos importancia pero es vital saber las características de nuestra dermis. Existen cinco tipos de piel diferentes: normal, grasa, mixta, seca y sensible. Conoce a qué categoría pertenece tu piel y ayúdala a que luzca mejor.

Piel normal

Podemos definir a la piel normal como la más agradecida de todas. Se caracteriza por ser una piel equilibrada, ni muy grasa ni muy seca. No suele tener granos ni poros y apenas existen manchas en ella.

Tiene gran capacidad de adaptarse a cualquier tipo de producto, ya que asimila muy bien los activos con los que se formulan la mayor parte de ellos. 

Piel grasa

Llamamos piel grasa a ese tipo de piel definida por tener imperfecciones y grandes poros. Proporciona al rostro una gran sensación de grasa y, por lo tanto, de ahí viene su nombre.

En esta piel el trabajo de las glándulas sebáceas se duplica por lo que, cuando la grasa en demasía se mezcla con la suciedad se producen los granos.

Puede ser la más difícil de cuidar pero tiene una gran ventaja ¡retrasa el envejecimiento!

Piel mixta

La piel es mixta cuando existe solamente exceso de grasa en la zona T del rostro: frente, nariz y barbilla. Puede ser que sientas las mejillas ligeramente secas pero en el resto de la cara la dermis está equilibrada.

La mezcla de descamación y grasa puede dar lugar a que, de vez en cuando, aparezcan granos, brotes o puntos negros.

Piel seca

La piel seca destaca por ser tensa y áspera. En este tipo de piel la dermis retiene menos humedad que una piel normal, por lo que suele estar apagada. Esto provoca la aparición de líneas de expresión e, incluso, pueden aparecer mayores signos de envejecimiento.

La clave para hacer relucir la piel seca es mantenerla hidratada con bálsamos, aceites y cremas faciales de gran hidratación. Y, por supuesto, no podrá faltar la exfoliación semanal.

Piel sensible

La piel sensible se caracteriza por ruborizarse con gran facilidad. Suele tener un aspecto rojizo e irritado. 

Es una dermis muy delicada y no tolera bien los principios activos de la mayor parte de los productos de cuidado facial.

Si tienes una piel sensible tendrás que elegir productos dermatológicos diseñados para suavizar, calmar y relajar la piel.

Ahora que ya sabes cuáles son las características por las que destaca cada piel no te será difícil diagnosticar qué tipo de piel tienes.. 

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