Dentro del mundo de las flores podemos encontrar infinidad de variedades que nos llamen la atención. Sin embargo, no podemos dudar que la preferida por excelencia es la rosa.
Esta flor de grandes pétalos y espinas en su tallo es denominada por los amantes de la jardinería como “la reina del jardín”. La podemos encontrar en colores tan vivos que pueden alegrar hasta los jardines más oscuros.
Además, la rosa tiene gran importancia cultural y, desde la antigüedad, es considerada como símbolo principal del amor.
Ni que decir tiene que no habría rosas sin los arbustos espinosos de la familia de las rosáceas, más conocidos como rosales.
Entendamos cuáles son los cuidados con los que hacer florecer a la flor característica de los sentimientos y llenemos nuestros jardines con estas plantas suaves, coloridas y de tallos cargados de espinas.
Cuidados de rosales
Los rosales son plantas muy resistentes pero, aun así, necesitan ciertos requerimientos especiales en sus cuidados.
A pesar de que existen numerosos tipos de estas plantas, los cuidados esenciales de todos ellos son similares. Estos son los pasos clave a seguir para los cuidados de rosales en macetas y para cualquier tipo de cultivo que elijas.
Ubicación
Un punto imprescindible con el que hacer crecer a nuestros rosales es la luz solar. Estas plantas necesitan estar ubicadas en un lugar donde reciban la claridad del sol durante, al menos, 6 horas al día. Incluso a los rosas a los que más les gusta la sombra les viene bien recibir los rayos solares.
Suelo y sustratos
Los rosales prefieren que los suelos donde se van a cultivar dispongan de tierra negra con altos niveles de humus. Por este motivo, añadiremos material orgánico, abono o compost y lo colocaremos a unos 60 cm de profundidad en la plantación. No será necesario fertilizar si se cambia la tierra.
Drenaje de agua
Estas plantas son muy exquisitas con el agua, ya que necesitan un buen drenaje y no toleran el agua estancada. Lo ideal es colocar el cantero algo elevado para crear un buen espacio de escurrimiento del agua.
En verano el riego de plantas rosáceas es a diario y en invierno cada tres días.
Poda
Deshacerte de las rosas marchitas y de los tallos secos es totalmente necesario. Una buena limpieza a tiempo de todas aquellas hojas que ya no sirven será la mejor manera de realizar una poda de rejuvenecimiento. Así podremos dejar espacio para la aparición de nuevas rosas y no perder la belleza del rosal.
Control de plagas
Las plagas pueden ser un grave problema para el crecimiento de tu rosal. Estos son muy susceptibles a gran cantidad de insectos de carácter dañino como pulgones, escarabajos, caracoles y orugas, entre otros. Por ello, es necesario ser preventivos y proteger a nuestros rosales de cualquier tipo de plaga antes de que suceda.
Con toda esta información sobre rosales, cuidados y poda ya tendrás claro qué necesitas para dar un buen crecimiento a estos arbustos que tanto alegran nuestros jardines.