Nuestros niños están rodeados de miles de artefactos que ayudan a que su vida, y la de sus papás, sea más fácil. Juguetes, sonajeros y peluches con los que dormir, son solo algunos de los más destacados. Pero, sin lugar a dudas, el objeto más tranquilizador y deseado por los más pequeños es el chupete. Suele ser una buena solución para calmar la ansiedad, y otro tipo de molestias, que afectan y hacen llorar al bebé.
Existen niños que no tienen amor ninguno por los chupetes. Sin embargo, los hay que tienen un gran apego a este complemento.
Dentro de los momentos importantes en el desarrollo y crecimiento de nuestros hijos, está el abandono al “tete”. Una de las grandes preocupaciones de los padres es cómo quitar el chupete a sus hijos sin perjudicar.
Si eres de esos padres que decidió utilizar este tipo de accesorios para el bebé, no desesperes. Estamos seguros de que, aunque será un proceso largo, con paciencia será sencillo.
Cómo quitar el chupete
Los bebés tienen el hábito de succionar desde el quinto mes de embarazo, dentro del vientre materno. Una vez que ya ha nacido, come succionando el pecho de la madre o el biberón. Según vaya creciendo dejará el hábito de la succión para incorporar nuevas costumbres. Es aquí cuando llegó el momento de replantearse eliminar el uso de la chupa. Existen ciertas reglas de oro que te ayudarán a simplificar el proceso.
Cuándo quitar el chupete
El uso prolongado del chupete puede traer consecuencias negativas y, por este motivo, elegir el momento ideal para hacerlos desaparecer es crucial. A partir de los 18 meses su uso debe ser reducido, pero es clave que cuando cumpla tres años el chupete no exista para él.
Evita llevar a cabo este proceso en momentos en los que tu pequeño pueda estar experimentando grandes cambios como, por ejemplo, la llegada de un hermanito o el periodo de adaptación en la guardería.
Comunícaselo
Aunque los niños no son adultos, comprenden mucho más de lo que nos imaginamos. Cuéntale que el chupete es para bebés y así le harás sentir más “mayor”. Él verá que papá y mamá no lo llevan porque son mayores y, de esta manera, será más fácil decirle adiós.
Distráele
Empieza retirándoselo, poco a poco, por el día para que no sea muy brusco y repentino. Mímale y distráele cuando se dé cuenta de que no lo lleva puesto. Sé cariñoso, pero inflexible.
Escucha sus reacciones
Puede que la reacción de tu hijo esté basada en llantos y pataletas cuando le digas que no puede usar el chupete. Ten paciencia, no te enfades y sé empático con él.
Haz que la retirada sea atractiva
Convéncele de una manera divertida de que ya es un niño grande y no lo necesita. Haced algún juego en el que el chupete desaparezca o proponle que se lo regale a alguien que quiere mucho.
Retirar su uso en la noche
Quitar el chupete para dormir puede ser el paso más complicado. Crea un nuevo ritual nocturno en el que una nana o un cuento sean los protagonistas.
El chupete habrá pasado a un tercer plano y él seguirá siendo igual de feliz.
